jueves, 13 de junio de 2013

74/ Canción triste con navaja


      El tío Frasquito, al acabar la guerra hizo fortuna. Aún recuerdo la coplilla alegre que nos entonaba, sonriendo con guasa, en las celebraciones familiares: «Mira si tengo talento, que he puesto una barbería, delante del ayuntamiento». 
     Yo, por aquel  entonces  no lo entendía, pero me hacía mucha gracia la forma como movía la navaja barbera a la par que cantaba. Todos los primos nos desternillábamos de risa mientras mamá, muy seria, salía nerviosa y hacía tiempo en la cocina antes de volver con los postres.
    Fortuna, sí, he dicho. Durante lustros, nunca le escasearon las clientas, ni el ayuntamiento faltó jamás al pago puntual y religioso.

20 comentarios:

  1. Enhorabuena,Xesc. He tardado en darme cuenta, no entendía lo de "clientas", pero con la foto todo cuadra, y si ella, luego, también.

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  2. Felicidades, Xesc. Muy bueno. Muy serio. Triste. Y bueno.
    Un abrazo.

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    1. Triste como la misma historia, serio como la vida...
      Un abrazo

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  3. Muy bueno.
    Estás en forma.
    Y el mundo que retratas, deformado.

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  4. Enhorabuena Xesc, muy bien llevado.
    Abrazos

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  5. ¡¡Enhorabuena, Francesc!! Otro que cuelas en la micro.

    Abrazos desmelenados.

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  6. ¡Enhorabuena, Francesc! Un relato muy sutil, con un tema muy duro. Cuesta caer, pero cuando caemos, nos quedamos encerrados en el sucio hoyo de la guerra y la posguerra.

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    1. Era el riesgo, pero confío en los buenos lectores y en sus lecturas y conocimientos. Gracias Puri, y bienvenida al naufragio.
      Abrazos

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  7. Xesc, me devané los sesos intentando entenderlo. La foto me permite pensar por donde iba, pero no sé si era el ayuntamiento el que pagara el rapado a las colaboracionistas, ni que durara lustros esa acción. En fin, que me alegro, eso sí de tu premio, pero no consigo verlo redondo.
    Un abrazo y a ver el próximo.

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    1. ¿Qué colaboracionistas, Antonia?
      La foto es de la posguerra en España, pero sin foto (que sería lo normal), la pista del tío Frasquito debería ser suficiente. ¿Ahora sí? Jejeje. Abrazos.

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    2. Pues sigo igual, a pesar del tío ese, que no lo relacionaba, ni con él. Bueno, ya me lo explicas cuando sea, que soy muy cabezota. Abrazos.

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    3. Don't worry Antonia. No le des más vueltas. Abrazos.

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  8. Jajajá...y yo pensando en poner una librería frente al Ayto. ¡Mejor una barbería con navajita incluída y me ahorro un cierre por liquidación total!.

    Muy bueno Xesc, me ha gustado un montón.
    Besos.

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    1. Nada de librerías Laura. Y con los tiempos que corren... ya sabes, cuando veas las barbas de tu vecino cortar...
      Besos.

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  9. Hola Xesc, gracias por mostrarnos escenas de posguerra. A mi al principio también me costó un poco, y tal vez lo de prolongar la posguerra durante lustros lleva a confusión. Es un relato muy visual.

    Un abrazo

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    1. Hola Arte Pun:

      Gracias por el esfuerzo de la lectura en todo caso.
      La idea es que cada uno escriba la historia que más le cuadre con la estampa a partir de la anécdota y de la imagen de la madre esperando en la cocina. Del hecho anecdótico llenar una vida o la de toda una familia por ejemplo; la opción de un pariente que supo o quiso aliarse con el poder victorioso al final de la contienda (sea o no con lo de la barbería) renunciando a ideales y que se enriqueció por ello y por otra parte, la madre que se avergüenza y sufre por ello. Algo que más o menos debió suceder muy habitualmente.
      Por otra parte, recuerdo (por los ancianos de la familia claro) que durante tiempo, y no solo como represión política, a los malhechores y otros gamberros se les pelaba (no estoy siendo metafórico) de forma habitual.

      Abrazos

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Dejad una botella con un mensaje enrollado dentro. Probablemente a Robinson también le hubiera gustado, aunque hubiera sido para criticarle por esconderse en una isla perdida y abandonar a su familia.