jueves, 17 de noviembre de 2011

01 Náufrago


La marinería ha sido mi vida. Yo puedo decir que me he cortado el pelo en el mar en bastantes ocasiones. Sí, efectivamente, he naufragado en incontables mares. Colgarse una moneda al cuello siempre trae fortuna en esos casos. La gente es más misericordiosa con tu cuerpo flotante a la deriva. En tiempos de los romanos se podía naufragar con cierta seguridad. Eran gente que sabía lo que hacía y tenía leyes que castigaban severamente el latrocinio a los hijos errantes del mar. No puedo decir lo mismo de la época del derecho de naufragio. Los visigodos no fueron un pueblo tan refinado.

Hay una ley de mar no escrita que dice que un náufrago recogido por otro buque no vuelve a naufragar. Que es imposible. Supongo que es estadística pura. Puedo corroborar que hasta la fecha así ha sido y debo manifestar mi pesar al respecto puesto que nada me haría más feliz que pasar a la historia como el primer marinero en concatenar dos naufragios seguidos y sobrevivir.

He vivido entre orinques, gavias, juanetes, molinetes, maromas; como escribiente, paje, grumete, gaviero, artillero, timonel, carpintero, maestro velero, oficial de derrota y hasta de guardiamarina y teniente. De babor a estribor, de proa a popa, del trinquete a mesana; en cubierta, bodega, camarote o entre mamparas, siempre he vivido en un barco; carraca, nao, navío, bajel, goleta, carabela, galeón, corbeta, fragata, qué más da, siempre he estado enamorado, atrapado, hechizado por la mar. La mar es una mujer. La mejor.

Estuve en el HMS Sussex en misión secreta. Fue el primero de la lista. Se me ocurrió al ver las 10 toneladas de oro y las 100 de plata en lingotes escondidos en las bodegas. No volví a repetir hasta el 1850 a bordo del Adelaide embarcado como agente secreto de Su Graciosa Majestad. Aún sigue el misterio envolviendo el caso y lo cierto es que jamás encontraron el cofre, de la misma forma que jamás se encontró el oro del Serpent cuarenta años después. Ah, la Costa da morte ha sido muy propicia, una aliada implacable e impagable para mis intereses de náufrago y futuro arqueólogo. De momento anoto las coordenadas de todos los naufragios.

Ahora me embarco en un nuevo reto. 1912. Dicen que no se puede hundir. Ya veremos. Sólo espero que no encuentren jamás las auténticas vías de agua.

8 comentarios:

  1. ¿Así que tue eres el culpable del hundimiento del Titanic? vaya, vaya... quien lo iba a decir...
    Felicidades por el blog Francesc, espero que lleves a buen puerto este proyecto, por muchas galernas de críticas que debas soportar. Piensa que el sol vuelve a salir y que lo único que no conduce a nada es la calma chicha.
    Un saludo salado y trágico, pero con buenos dividendos.
    Te enlazo en mi blog.

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  2. Mis felicitaciones por tú blog, sigue haciendo entradas tan buenas como esta.
    Un abrazo y feliz fin de semana.

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  3. Enhorabuena, Xesc, ya empezó la navegación.
    He intentado dejarte mi barquito (ya es coincidencia) como seguidora pero no he visto dónde.
    Espero que sea una bonita aventura, por aquí andaremos catalejo en mano. Un abrazo.

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  4. Buenas Fernando

    Bien está lo que bien acaba, y esto empieza con una serie de naufragios. Uf, qué futuro más alentador.
    Como esto de navegar se me antoja difícil, espero vuestro aliento en la salida del puerto.
    Gracias Ana por dejarte caer por este mar revuelto.
    Susana, qué alegría verte por aquí. No sé qué problema hay pero parece que lo hay. Hoy ya me lo ha dicho otra persona que no ha habido manera de meterse como seguidora.
    Brrr.
    Sólo de saber que en la costa hay faros como vosotros y que armados de catalejos oteáis mi nave uno ya se siente mejor.
    Gracias y un abrazo.

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  5. Moltes felicitat pel blog!!!
    El relat m'ha encantat, segueix així.
    Una abraçada

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  6. Hala, mi primer comentario, que no mi primera bienvenida. Creo que te la di por mail, no?
    Esta mañana sólo me he hecho seguidor, no me daba tiempo de más. Me gusta mucho tu cabecera (la del blog, la de tu cama no la he visto), tanto la ilustración como la idea de que todo serán restos de un naufragio. Me gusta mucho.
    Un abrazo, Xesc.

    Pd. Oye, y el relato, muy bueno ese final, Dicaprio.

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  7. Xesc, abrazos marineros, ata bien los cabos, que veo por aquí una tropa jaranera, y el motín se presiente cercano. Pero no hay que preocuparse los piratas nunca dejan de soñar, y aunque nos toque remar en galeras, soportaremos las envestidas de las olas y los mas fieros acantilados.
    Siempre encontraremos una luz, un faro que nos guié, y cuando esa luz se diluya entre tinieblas, nos quedará la linea del horizonte y el cielo, aunque sea huérfano de estrellas.

    Me alegro de verte por este mundo, esta tropa es imbatible, y tenemos muchos océanos que surcar juntos.

    Leven anclas, que comienza la travesía.

    Un abrazo amigo.

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  8. Hola Cesc, sóc la Eva, ta cosina-neboda... o el que sigui.... He llegit els teus escrits i t'haig de dir que en moltes coses m'hi sento identificada. Últimament no faig més que naufragar i busco desesperadament un troç de terra seca per poder descansar; però, tot i veure els ocells, la terra no apareix... No sé com registrar-me al teu blog, però et seguiré. Un petó ben fort

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Dejad una botella con un mensaje enrollado dentro. Probablemente a Robinson también le hubiera gustado, aunque hubiera sido para criticarle por esconderse en una isla perdida y abandonar a su familia.