miércoles, 9 de octubre de 2013

77/ Una historia real


Son las cinco de la madrugada. Una avenida desierta recibe al hombre del traje impoluto. No se observan otros sujetos circulando. Espera firme hasta que el semáforo anuncia vía libre. Arranca con estrépito de cuero quemado. Parte de las suelas del calzado italiano quedan en la acera. El ruido no es suficiente para advertir al único vehículo que cruza el carril en ese instante. La colisión es seca y fría. El cuerpo del conductor sale despedido a través de la luna delantera. Los faros del coche iluminan un rostro rojo, como el semáforo. El peatón se da a la fuga.

6 comentarios:

  1. Puf, me encanta la vuelta, pero sobre todo me parece que la narración es estupenda, muy fotográfica. Lo de las suelas de calzado italiano en la acera me ha encantado.
    Un abrazo

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    1. Y no está la cosa como para dejarse cien euros en cada semáforo...
      Un abrazo

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  2. ¡Muy bueno, Xesc!

    Manejo virtuoso de la técnica de inversión, que -camuflada en el ritmo frenético de la narración- nos deja con una sonrisa en los labios y la necesidad ineludibke de una relectura más sosegada.

    Aplaudo, también, la elección de la imagen y el homenaje implícito a Mr. Orwell.

    Un abrazo.

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    1. Gracias Pedro. Un pequeño recuerdo a Orwell. Me queda pendiente el de Huxley.

      Un abrazo

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  3. Me ha gustado mucho, Xesc. Es de esos de leer y leer.
    A ver si no s vemos pronto.

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    1. Qué alegría Fer. Pues muchas gracias. La lista de los comentarios de los blogs parecen cada vez más un desierto o un naufragio, no sé.
      Se agradece un poco de calor.
      Nos vemos pronto.

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Dejad una botella con un mensaje enrollado dentro. Probablemente a Robinson también le hubiera gustado, aunque hubiera sido para criticarle por esconderse en una isla perdida y abandonar a su familia.