Basado en hechos casi irreales.
Foto1. Punto de libro.
Paseando por la calle, nuestro protagonista se encuentra con un punto de libro. (Él todavía no lo sabe. Ver foto1). Decide recogerlo. "¡Coño, un punto de libro! (Ahora ya sí) Preferiría el libro", piensa. Lo lee. Anda, ¿las enfermeras siempre estamos ahí?. Síííí. Sonríe maliciosamente, cierra los ojos e inmediatamente aparece Betty (ver foto 2), la de los labios pintados, la minifalda breve, la de la mirada lasciva y experta en reanimación buco-genital que tanto le acompañó en sus sueños de tostadora adolescente.
Aquí el narrador quiere pedir disculpas en nombre del protagonista, en especial al gremio de las enfermeras. En su familia hay alguna también, pero me confiesa que lo que en realidad tiene es pura envidia; que ya le gustaría a él que el gremio de los arquitectos apareciera recurrente en los sueños ardientes de la población femenina. Él, solícito y cumplidor, habría cogido el juego de escuadras y cartabones, rotring goteante en mano, del 0,8 o 1,0 mínimo y habría delineado a la perfección, con el beneplácito de las gozosas soñadoras, miles de líneas de fuga de placer infinito. Pero la realidad es un sucedáneo de la verdad (o viceversa).Nuestro protagonista vuelve a casa con el punto de libro entre las manos, decidido a escribir un microrrelato o lo que demonios sea esto o aquello, eso sí. Y ya está. Vale.
Foto2. Betty. Gracias y disculpa
Sólo esto de la reanimación buco-genital, ya vale un potosí. Poco importa si es un microrrelato o un paseo por los ardientes labios de una enfermera.
ResponderEliminarAbrazos muy sanos.
Bueno, se lo he comentado al prota y... sí, dice que era extraordinario, sí. Esos recuerdos y anhelos le despiertan sonrisas sanas, acné a parte, claro.
EliminarAbrazos
Más allá de lo bien escrito que está este micro, Xesc; que cumple a la perfección -tal como yo lo veo- el objetivo que se ha trazado su autor de arrancarle una buena sonrisa a los lectores; destaco tu apuesta por esa focalización inusual, que lo sitúa en la tendencia de lo insólito, Arriesgada, sin duda, pero brillantemente resuelta.
ResponderEliminarEstoy con Lola en lo que respecta a la reanimación.
Un abrazo,
Pues me alegro Pedro. No tenía otra finalidad. Siempre le levantas el ánimo a uno con tu visita y tus comentarios.
EliminarUn abrazo
Yo no sé si es un micro ni lo voy a discutir, Xesc, pero es genial lo que sea. Jjaja, me he reído imaginándote, es que el micro, o lo que sea, eres tú hablando y filosofando sobre la vida y las cosas de comer...
ResponderEliminarUn abrazo, Company!!
Nada hay que discutir company. Sólo recordar la efervescente juventud y hablar sobre la vida y las cosas de comer, claro.
EliminarSee you!
Gracias por esa originalidad. Aquí y en casi todas tus entradas.
ResponderEliminar¡Saludos!
Gracias por tu generosidad y visita.
EliminarSaludos
¡Jo! ¿Dónde estaba yo que de esta no me he enterado? Es igual, ya la he leído y la he reído también.
ResponderEliminarOriginal, divertido, levanta el ánimo ¿qué más se puede pedir en este micro?
Bueno, sí, dar las gracias. Pues eso, gracias.
Besitos
Me alegro que te haya levantado el ánimo y te hayas reído. Es mucho más de lo que le pedía a pesar de ser esa la intención.
EliminarBesos
¡Ja! Éste me ha gustado mucho, me encantan los micros en que entras y sales y hablas del narrador o cambias de enfoque... (recuerdo el de la bola de papel que se quemaba con una traducción...). Especialmente me gusta la frase de las líneas de fuga de placer infinito.
ResponderEliminarAbrazos bien delineados.
Gracias, porque éste, especialmente éste me resultaba muy arriesgado. Mucho tiempo anduvo en borrador.
EliminarAl final me convencí porque me gustaba y porque me divertí mucho escribiendo el micro.
A disponer, a delinear, a soñar...
Abrazos