Se representa en el escenario del mundo, otro acto (¿el último?) de la tragicomedia más larga jamás escrita e interpretada en el teatro de las marionetas. El desarrollo del estricto guión de la obra está controlado por un auditorio repleto de hombres que detentan todo el poder sobre los actores. Les suben o les bajan; les cambian de lugar o de escenario; les dan luz o les callan; los entierran o resucitan; todo según antojos, deseos, caprichos, intereses… justificados por voces inaudibles de seres supremos que nadie ve; por trapos de colores que se elevan sobre sus cabezas; por ideas que nadie comprende; por el bien de los mismos actores…
Un buen día, al contrario de lo que se podría esperar por el libreto establecido, sin mediación de guía, la marioneta se levanta, hace una reverencia majestuosa y solemne a su complacido público, alza un brazo, lanza el otro extendido adelante con el puño bien aferrado al vacío, deja caer como un estilete el uno sobre el otro, y como un resorte éste se plega en ángulo recto y eleva el dedo corazón en una erección mínima e instantánea que deja al respetable mudo de asombro. El títere sonríe, se dobla sobre sí mismo, una vez y otra, por la mitad, por un lado, por el otro, en perfectas simetrías y diagonales, hasta que al final se muestra como avión de papel que emprende el vuelo desde el centro del escenario ante la perplejidad e indignación del auditorio.
Va a ser dificil que volemos... pero más difícil es que esto se arregle en sus manos; de modo que... volemos, pourquoi pas?
ResponderEliminarNo hay nada imposible Luisa. Podemos. De una forma u otra lo haremos, luego... volemos.
EliminarSaludos
Francesc, así empiezan las revoluciones, ahora falta subirse a ella.
ResponderEliminarBuena aportación.
Abrazos.
Subamos pues. Empecemos por un corte de mangas, luego ya veremos.
EliminarAbrazos
¡Fantástico, Xesc! Muy sugerente esa imagen del títere que se pliega hasta convertirse en un avión de papel. Y perfecta la metáfora.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sara
EliminarMe alegra saber de vos. Hay que dejarlos plegados, sin respiración ni tiempo para reaccionar. El corte de mangas debe oírse desde la luna y más allá.
Un abrazo
Buenas tardes Xesc !!. Tu micro es muy interesante, marionetas a merced de los poderosos, quizás logremos soltar estos hilos y volar... por el bien nuestro.
ResponderEliminarTambién participo en esta jornada de micros indignados desde mi blog principal "Barcos de papel".
He paseado por tu espacio y me gusta. Con permiso, te sigo.
Abrazos solidarios :)
¡Qué maravilla de ojo, Ángeles! Me alegra verlo por aquí y que se quede orbitando. Bienvenida a esta playa. Me gusta el nombre de tu blog. Gracias. Te visitaré.
EliminarAbrazos
Buenísimo corte de mangas con vuelo final rasante.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Doble de abrazos indignados.
Muchas gracias por acompañarme en el corte de mangas.
EliminarDoble de todo.
PD: Te fuiste sin darme la eutanasia. Me quedo sufriendo.
Buena descripción de la escena que presentas. No sé que más debe pasar para que los cortes de manga se popularicen. Vienen a por nosotros, vienes a por nosotros, vienen...
ResponderEliminarNo lo sé yo tampoco, pero cada mañana, después de la ducha y antes del café, de momento les dedico uno como ese; bien cargado.
EliminarUn abrazo