Como cada año, por Navidad, mamá habrá resucitado con la naturalidad que da la confianza, como si lo hiciera todos los días. Al llegar papá, la volverá a golpear y al final, la tirará por el balcón, como hace siempre. Luego, romperá la vajilla, destrozará muebles y quemará la ropa de mamá. Después, tras escupir al suelo y jurar entre dientes que de él nadie se ríe, huirá de nuevo por la ventana. Finalmente, con la tranquilidad que da el estar muerto, mi hermano y yo, antes de que mamá vuelva a resucitar, recompondremos la escena esperando el próximo aniversario.
¡Brillante, Xesc, tan brillante como duro!
ResponderEliminarUn micro que -en el terreno de lo fantástico- aborda uno de los males que nos aquejan y transmite el dolor que genera, pero sin apostar a sentimentalismo pobre.
No puedo hacer más que aplaudirte con entusiasmo.
Un abrazo,
Me alegro que no te haya parecido que no caía en sentimentalismo.
EliminarUn abrazo
Es brutal, sobre todo me gusta cuando alguien trata este tema, más que manido, y consigue una mirada nueva.
ResponderEliminarEnhorabuena
Es difícil no caer en lo de siempre en temas muy revisados. Me complace que te haya resultado nuevo.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo.
Xesc, lo leí, pero sinceramente, apenas tengo tiempo para comentar... últimamente me siento un tanto despojado...
ResponderEliminarCreo que es muy duro y llevas más allá un tema "habitual" en los microrrelatos, lo que lo hace sobresalir, porque llevar más allá un tema que ya conocemos es realmente dificil.
Enhorabuena.
No me extraña que estés despojado... Lo raro es que estés.
EliminarCuídate.
Abrazos
Y vuelta a empezar, sobre una realidad que se repite día a día. Muy bien llevado el tema, sin sentimentalismos, tal cual.
ResponderEliminarBesitos
Elysa, a lo crudo pues. Siempre.
EliminarAbrazos
Creo que toda la grandeza del micro reside en la frase final, que lo redime (ya que hablamos de resurrección) de un tema muy tratado por la microficción electrónica. Ese "esperando el próximo aniversario" no sólo es una vuelta de tuerca-sorpresa, sino el eje sobre el que pivota la originalidad de la propuesta. Me gustan mucho los relatos que cambian de dimensión; aquí te vas a la psicológica con guante blanco.
ResponderEliminarAbrazos
¡Ahhh! ¡Qué ojo! Cuando lo trabajaba me acuerdo perfectamente que ese final cíclico, esa vuelta al principio, a recomponer la escena en el final fue a lo que más vueltas le di. Al final llegué a eso.
EliminarMe agrada lo del cambio de dimensión psicológica. Gracias.
Abrazos
Es una buena y triste pesadilla Xesc.
ResponderEliminarGracias por el relato.
Abrazos
Gracias a vos, caballero del sur.
EliminarAbrazos
Uff, tener pesadillas aún muertos. Interpreto que también se cargó a los hijos antes de suicidarse. Sí, es una pesadilla eterna. No sé, me surge la duda de si los hijos están muertos pues habla de resucitar. En fin, Xesc, ya me conoces, soy lento.
ResponderEliminarSin duda (me refiero a lo de estar muertos, no a lo de la velocidad. Jeje)
EliminarEl verdadero drama, la pesadilla auténtica es aquella de la que no podemos despertar, la que se repite eternamente, como una losa, el eterno retorno de lo pasado. El texto relata a modo de pesadilla, como una puesta en escena teatral, el desarrollo real del drama vivido. Sin embargo, el tono de la narración del niño es distante, frío y resignado. De ahí que el final, en la recomposición, sea casi como una redención como apunta Susana. No sé si aclara algo esto, pero desde luego a mí sí. Ya casi me había olvidado de lo que escribí. Jejeje.
Saludos
Una auténtica pesadilla. Porque lo malo no es lo que ocurrió, lo peor es la repetición. Bueno y duro.
ResponderEliminarBesos vivitos y coleando.
No sólo, la verdad.
EliminarBien vivos. Que así sea. Besos.
Me ha puesto los pelos de punta, me gusta mucho este tipo de relato, misterio, miedo, pesadilla.
ResponderEliminarXesc, mi propuesta sigue abierta, cuando tu quieras.
Besos
Gracias Ana. Te enviaré un mail y hablamos.
EliminarUn abrazo
Qué gran final, Xesc, para una historia que se repite una y otra vez. Y para tus protagonistas, doblemente, la real y la de la memoria. Muy bueno, Company, mucho.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias monstruo. Un abrazo.
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