Estábamos preparados para casi todo excepto para lo que sucedió. Un reducido grupo de trabajadores que parecían astronautas, muy madrugadores, enfundados en trajes amarillo fluorescente y armados con mangueras y escobas, dobló la esquina y nos desalojaron de la plaza en apenas cinco bostezos. Perplejos, tuvimos que volver a la sucia realidad cotidiana.
Detrás quedó una amalgama de esperanza, ideas, carteles, proclamas, gritos, ilusión, y toneladas de nada hecha añicos, jalonada entre carteles aleatoriamente distribuidos por aquel equipo de limpieza, y que premonitoriamente nos advertían: “Atención, suelo resbaladizo”.
Que triste realidad la de los desalojos. Me ha gustado mucho este relato.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Un abrazo Ana. Gracias.
EliminarFrancesc, yo también sentí pena porque no fructificara el 15M, pues ni tan siquiera se sacó adelante una medida para empezar a andar, como hubiese sido el cambio de la ley electoral. Me sentí defraudado, la verdad, pero ya se sabe, hay que volver a lanzar gritos para que nos oigan.
ResponderEliminarAbrazos.
Efectivamente Nicilás. Como le digo a Luisa, hay que ser un poco niños en esto y seguir hasta conseguirlo.
EliminarAbrazos
La mejor crónica que he leido de aquela triste mañana. Genial lo de las "toneladas de nada".
ResponderEliminarUn abrazo Xesc.
Tan triste como esperanzadora. Caer para levantarse y empezar a caminar...
EliminarGracias Miguel.
Un abrazo
Y tanto que el suelo está resbaladizo. Miedo da ponerse de pie, y también quedarse tirado.
ResponderEliminarNo hay donde esconderse, esa es la verdad. Y es difícil dar batalla.
Pero... aquí estamos
Dicen que si tuviéramos que aprender a caminar de adultos no lo haríamos. Caer doscientas veces desanima y nos puede hacer creer que es imposible.
EliminarEso es lo que tenemos que hacer. Aprender a caminar, aprender de la decepción. Resbalar una y otra vez y volver a ponernos en pie. Nada es imposible, así que no abandonaremos y persistiremos con esa testarudez propia de los bebés.
Gracias Luisa. Saludos.
Esta es la pena que hay gente con espiritu de lucha, gente disidente con la debacle a la que nos llevan entre unos cuantos privilegiados... pero no se sabe cómo aglutinar esa fuerza. Y no digo en partido político que sería seguramente más de lo mismo.
ResponderEliminarBuen aporte a esta primavera.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
No lo será. No creo que nos lleve a nada. A no ser que se mejoren los mecanismos de control y gestión y adoptemos posiciones no sólo críticas sino activas, participativas y responsables, poco haremos con meter un partido más en el sistema.
EliminarUn saludo
Me gusta como has resuelto el tema. Un grupo de basureros (personas que saben muy bien lo que es la mierda) nos han desmantelado la feria.
ResponderEliminarJajaja. Bien visto Ximens.
EliminarEspero que la mierda la podamos limpiar nosotros bien pronto. Allí donde miro solo veo montañas de ella. Va a costar...
Abrazos
Esas toneladas de nada hechas añicos, habrá que combatirlas con mucha fuerza para que la ilusión nos sea devuelta...
ResponderEliminarMuy buena tu aportación
Encantada de conocerte
Besicos desde mi alambrada.
Bienvenida a la playa, Cabopá.
EliminarSin duda. La ilusión la generaremos nosotros. Día a día.
Un abrazo
Mis aplausos, Xesc. Como ya se ha dicho, este micro representa una crónica tan breve como fiel de la experiencia vivida.
ResponderEliminarMuy, muy bueno.
Un abrazo,
Eso es. Una breve crónica de un sólo día, de una pequeña batalla. La lucha continúa y estoy seguro de que tendrá un final diferente.
EliminarAbrazos
Yo confio en que de aquello quedó un fondo, un poso que está ahi y cualquier día vuelve a removerse.
ResponderEliminarPero lo has explicado de maravilla, de maravilla y decepción.
Un abrazo, amigo.
Siempre queda algo. Claro. De hecho no se empezó aquel día. Son muchas generaciones en la alambrada.
EliminarLo dicho, aprender de la decepción para que no nos venza la desilusión. Esa es la auténtica derrota.
Abrazos.
Buen resumen, con resbalón incluido.
ResponderEliminarSaludos
El mundo está como quedó la plaza. Resbaladizo.
EliminarSólo hay que ponerse suela antideslizante. En eso estamos.
Saludos
Sí, lo explicas de maravilla, se palpa en este micro la decepción. Pero no me bajan de la esperanza de que algo ha quedado y fructificará.
ResponderEliminarBesitos
El aprendizaje de la decepción es fundamental para el siguiente paso del camino.
EliminarLlegaremos.
Besitos
Jo, para la próxima jornada quiero un poco de esperanza, que ya ni la pancarta...
ResponderEliminarUn abrazo
No desesperes. Así será.
EliminarUn abrazo
Brillante metáfora de una realidad en las calles, que a veces, "resbala" a las otras mayorías, y otras, hace resbalar a quienes luchan.
ResponderEliminarEs desesperante tanto amotinamiento social sin ningún resultado. ¿O acaso se ha conseguido alguna cosilla que yo desconozca?. Nos barren como si fuéramos colillas. Pero yo prefiero ser ....chicle al suelo anclado (y pegado).
Besos desde mi alambrada.
Cuidado Laura. Hasta los chicles quitan.
EliminarBesos desde la alambrada.
Me gustan esas toneladas de nada hechas añicos. Un texto breve pero contundente. Y casi se siente el viento pasar...
ResponderEliminarBesos
Claro Susana. Eso es todo lo que quedó.
EliminarAbrazos
Un buen motivo para indignarse el que planteas, y de forma brillante. Un abrazo.
ResponderEliminarUno se acabará indignando hasta de tenerse que indignar.
EliminarUna abrazo Francesc